martes, 19 de mayo de 2009

Cubiertas: ¿se pueden construir utilizando solo equipos de protección individual?


La pregunta admite muchos matices ya que depende de las características constructivas de la cubierta, de su diseño geométrico, etc. Sin embargo desde un punto de vista normativo, la respuestas es clara: NO. Las cubiertas deben construirse utilizando sistemas de protección colectiva.

La letra b) del apartado 12, de la Parte C, del Anexo IV del Real Decreto 1627/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud en obras de construcción, establece:

“En los trabajos en tejados deberán adoptarse las medidas de protección colectiva que sean necesarias, en atención a la altura, inclinación o posible carácter o estado resbaladizo, para evitar la caída de trabajadores, herramientas o materiales. Asimismo cuando haya que trabajar sobre o cerca de superficies frágiles, se deberán tomar las medidas preventivas adecuadas para evitar que los trabajadores las pisen inadvertidamente o caigan a través suyo.”

Tradicionalmente se ha pretendido que los trabajadores hicieran la cubierta con arnés o cinturón de seguridad, sin embargo como mucho se conseguía que lo llevaran puesto, ya que es prácticamente imposible, salvo en casos muy concretos, poderse desplazar por la cubierta junto a otros trabajadores sin que las cuerdas se cruzasen.


El sistema de protecciones colectivas que se va a emplear en los trabajos de construcción de la cubierta debe estar claramente definido tanto en el Estudio como en el Plan de Seguridad y Salud.

En el caso de estructuras prefabricadas o estructuras metálicas como suele ser el caso de naves industriales, la mejor solución es que a la hora de montar los elementos constitutivos de la estructura, éstos integren el sistema de protección colectiva perimetral que se va a emplear.

Las soluciones pueden ser variadas, desde barandillas tipo sargento, hasta barandillas de balaustres embutidas en casquillos metálicos soldados a la estructura.


En estos casos el sistema está condicionado por el sistema constructivo, para minimizar o eliminar el remate que deja el sistema de barandillas perimetrales sobre la unidad de obra acabada. Además debe preverse el sistema de protección a base de redes horizontales para evitar el riesgo de caída por el interior de la cubierta, así como un sistema de acceso seguro a la cubierta, situado en el punto donde se va a empezar a montar el material de cubierta, habitualmente a base de paneles sandwich de chapa grecada.

En cubiertas inclinadas, habitualmente en edificios de viviendas, la mejor solución no suele ser mantener el mismo sistema de barandillas utilizado durante la fase de estructura. Tanto si se han empleado barandillas a base de balaustres verticales como a base de barandillas tipo sargento, mantenerlas durante la construcción de la cubierta implicaría dejar un remate en la misma cada 2,00 – 2,50 metros, lo cual supondrá después un riesgo importante para terminarlos.

Tampoco debemos olvidar que en este tipo de cubiertas acabadas en tejas, éstas se replantean y se empiezan a colocar desde la parte inferior del faldón hacia la cumbrera, por lo que si la cubierta esta acabada con la típica teja curva o plana, este sistema de protección colectiva, salvo casos especiales de canalón oculto, es totalmente inviable.

Soluciones improvisadas, como la de la fotografía siguiente, a base de redondos embutidos en el forjado, aunque se encuentren bien colocados, que no es el caso de la fotografía, dentro de la viga perimetral del forjado y tuviesen suficiente sección, tampoco son factibles por el mismo motivo que en el caso de balaustres.


También debe tenerse en cuenta que este tipo de soluciones, en la que después de ejecutar la cubierta es necesario transitar sobre ella para rematar la misma en los puntos en que se situaban las barandillas, constituyen en si mismas una fuente de riesgo importante para los trabajadores que realizan los remates, que sólo se pueden proteger con equipos de protección individual; además el hecho de tener tejas que no se han colocado en el orden correcto puede ser una fuente inagotable de goteras de difícil detección y solución posterior.

Por tanto en cubiertas inclinadas la solución puede realizarse a base de ingeniosas soluciones con barandillas o redes, que permitan rematar la cubierta completamente:


O bien, rodear completamente la cubierta con andamios tubulares, rodeando completamente la misma y creando una plataforma de trabajo alrededor. Dicha protección debe impedir la caída de trabajadores, herramientas o materiales, tal y como indica el Real Decreto 1627/1997.

En el caso de cubiertas planas o azoteas el sistema que se utilice dependerá del sistema constructivo, debiéndose prestar especial atención a las interferencias con el sistema de impermeabilización.


También debe tenerse en cuenta que cualquier sistema basado en redondos embutidos en el hormigón, se va a tener que retirar en algún momento, habitualmente cortándolos con la radial, lo cual no se puede hacer limpiamente y siempre va a quedar algún tipo de rebaba que puede dañar la impermeabilización de la cubierta y ser una fuente inagotable de posteriores goteras.

Por último, insistir que tanto el Estudio como el Plan de Seguridad y Salud, deben definir las medidas que deben adoptarse para el resto de unidades de obra que se ejecutaran sobre la cubierta, como colocación de antenas, remate de casetones, etc. Además el Estudio de Seguridad debe contemplar los previsibles trabajos posteriores que se van a ejecutar sobre la cubierta, que incluyen no sólo los trabajos de mantenimiento de la misma, sino los trabajos de mantenimiento de antenas, lucernarios motorizados, etc.

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